NOTAS Y CONFESIONES SOBRE LA MADUREZ

 A BOCAJARRO Y SIN ANESTESIA



Probablemente sea el cambio de dígito, tal vez sea que el ocaso vital se perfila en lontananza y dan las primeras notas respectivas de nostalgia e inflexión emocional, puede que sean ambas o tal vez ninguna, pudiendo tratarse de esa evolución emocional, tan necesaria como reconfortante; pero efectivamente se advierte una metamorfosis interesante:

Ahora me agrada dormir más temprano que tarde en fines de semana para descansar a gusto y a pierna suelta, reponer energía, levantar el organismo más temprano para disfrutar más y mejor el café por la mañana y de paso escribir unos cuantas líneas que salen del alma y precisan ser regurgitadas a tiempo, para limpiar y de paso  desempolvar la buhardilla del pensar, sentir y disentir, para luego provocar ese sudor tan saludable como reconfortante a través de nuestras actividades deportivas de preferencia.

No es por pereza, ni languidez, que ocasionalmente se guarda silencio ante esas recurrentes diarreas mentales y circunloquios cotidianos inmaduros y cavernarios; y los elementos y seres que lo propician (y en nuestra sociedad lastimosamente, da inicio desde que pones el noticiero nacional por la mañana, por eso prefiero no hacerlo); sino es para no hacer más eco del necesario por una parte y por higiene mental por otra.

Y si bien no es planificado; pero ciertamente preferible a mis expectativas y gustos, el hecho de "separar la paja del grano" y optar por la calidad, más que por la cantidad de amigos, conocidos y/o colegas. 

De platicar ocasionalmente con mis amigas "verdecitas" que nunca defraudan y recurrentemente te dan sorpresas de las buenas, con su crecimiento intempestivo o mostrándote con alegría sus retoños, en correspondencia y retribución solo te pide un poco de tiempo y paciencia (vaya relación más guapa). 

De tener a mi " cardumen de pececillos" como mascotas incondicionales e insustituibles, que me obsequian a título gratuito  la mejor de las terapias y sesiones relajantes a través de sus danzas y travesuras acuáticas, en éste mundillo líquido tan enigmático. como mágico e hipnotizante.

En fin, creo que a todos nos llega de algún modo esos vientos placenteros de cambio, cuando el punto de inflexión se marca definitivamente. Es cuando decido con todos mis sentidos y con más cordura que nunca, empezar a vivir lo que realmente me interesa y agrada¡¡¡¡






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