PERO YA ME CANSÉ
Nunca me importó el color de tu piel, hasta que empezaste a culpar a mi raza por tus problemas y carencias.
Jamás me importó tu color político, hasta que empezaste a condenarme por la mía y agredirme por ello.
Nunca me importó tus orígenes, hasta que empezaste a suprimir y cambiar mi historia y denigrar mis ancestros.
Jamás me importó que fueras rico o pobre, hasta que comenzaste a discriminarme por mi progreso.
Nunca me importó la orientación sexual que tuvieses hasta que empezaste a restregármelo en la cara y en la de mis hijos.
Jamás me importó que tus creencias fueran diferentes a las mías, hasta que exigiste que las mías fuesen consideradas malignas o perjudiciales.
Nunca me importó todo eso.
PERO YA ME CANSÉ Y AHORA SÍ ME IMPORTA ¡¡¡
Mi paciencia y tolerancia terminaron extinguiéndose por tu necedad, capricho e ignorancia.
Muy probablemente la de muchos otros también.
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