LA CAPTURA DEL MOMENTO Y EL LUGAR

Las arenas y aguas del Cantábrico se movían sutiles 

una tarde dominguera de verano de hace una década; 

almas y cuerpos sedientos de sidra, mariscos y atardeceres playeros 

por Cimadevilla y sus serpenteantes callejuelas vivas y bailarinas; 

entre ellos éste paceño contumaz, intenso y travieso por naturaleza 

que viendo el instante, tiempo y momento propicios

pudo sacarle una postal a la vida y al panorama

de esas que quedan guardadas en el disco duro inmarcesible 

y constituyen  piezas del rompecabezas vital del destino.









  Hoy, 3650 días después, recuerdo el idílico momento 

con nostalgia, satisfacción y agrado a partes iguales;

de haber disfrutado a plenitud la gracia y encanto de la tierrina

de poder haber bebido de la fuente primaria sus ocasos de ensueño,  

y poder haberme embarrado hasta la médula su placida arena

sus praos embriagadores, sus playuques de fábula y postal

y de sus paisanos, tan agradables como acogedores.







Comentarios

Entradas populares