INMORTALIDAD del CORAZÓN
LA INMORTALIDAD DEL CORAZÓN
Por Rodrigo Camacho Patón 4jul24
"Permíteme elegirte nuevamente y cada día, seguro y consciente de que el camino recorrido, el que resta por hacerlo y tus manos entre las mías, serán de las cosas que sobrevivan a éste y al siguiente mundo y sus excesos" RCP
Ya no te quiero como antes, eso es cierto. Esa etapa de pulsaciones disparadas, de mariposas en el estómago, donde cada canción de amor parecía hablarme de ti, ya pasó, no es un secreto. Te veo, y sí, algo vibra, pero ya no me convierto en un semáforo en rojo, un tomate.
Ya no te quiero con esa fiebre, esa inocencia de quien descubre el amor por primera vez, esa locura, ese primer vuelo ciego del que se enamora. Cartitas, corazoncitos en el borde de la hoja, hablar hasta el amanecer, hasta que se nos secara la garganta, como si el mundo fuera solo nosotros dos.
Ya no te quiero como antes, así, como al inicio, con esa urgencia por descubrirnos, por devorarnos el uno al otro, como si el mundo fuera a acabarse mañana.
Ya no te quiero como antes, pero no, ¡¡ no te quiero menos ¡¡.
Ahora te quiero de verdad, con todo el peso que eso conlleva. Te quiero completa, con todo lo que implica. Sin idealizaciones, sin pedestales. No como antes. Antes pensaba que lo que sentía era amor. Y lo era, pero solo una parte. Ahora veo que el amor es mucho más.
Ya no te quiero con esa locura ciega. Ahora te quiero con los ojos bien abiertos, viendo tus defectos, tus manías, tus días malos. Te quiero así, con lo bueno y lo malo. Sin vendas en los ojos, aceptando que dejas los calcetines fuera de su sitio, que no siempre quieres conversar porque no tuviste un buen día, y sin jugar a quién quiere más al otro.
Te quiero en tu realidad, en tu presente, en este preciso instante. No te quiero como antes, no como un adolescente con un flechazo, sino como un hombre que ve todo lo que eres y, aún así, se queda no por costumbre, sino por elección. No te quiero como antes, te quiero en tu totalidad. Porque el amor verdadero ve todo eso y aún así decide amar.
Te quiero desde la belleza en lo cotidiano, desde un amor que no necesita de constantes demostraciones extravagantes, porque se nutre de los pequeños gestos de cariño, de los silencios más cómodos, desde la tranquilidad de saber que, pase lo que pase, nos tenemos el uno al otro. Te quiero desde un amor que solo los que han amado de verdad, con todo su ser, podrán entender.
Ya no te quiero como antes, te quiero en ese punto, dónde la gente decide irse, porque piensa que ya se acabó.
Ya no te quiero como antes pero te quiero más, mucho más.
Ya no te quiero como antes, te quiero como ahora, más.
Mucho más, con todo lo que soy, con todo mi ser y con todo mi amor.
OJO. Aclarar que la nota no es de mi autoría (salvo el título y el primer pensamiento); pero sencillamente me ha encantado y retrata a cabalidad lo que se va sintiendo luego de que las mariposas del estómago pasan para convertirse en curucusís algo añejos; pero palpitando con la misma intensidad y sentimiento. Saludos
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