SONRISAS A MEDIA Y VENDETTAS LAS JUSTAS
SONRISAS A MEDIAS Y VENDETTAS LAS JUSTAS
Por Rodrigo Camacho Patón 24jul24
Cuando entre las delicadas rosas que con esmero cultivas en tu jardín vital,
intempestiva y abruptamente crece la hierba que perjudica esa tierna lozanía;
cuando entre días de petricor matinal, sudor energizante y 5 labios de coral
se estampillan cual espinas turbando el alma, amargas y retorcidas manías.
Cuando entre luces de rubí, sonidos terapéuticos y aromas embriagadores;
surge brumas de faroles amenazantes, ruido de vulgo y nefandas pestilencias;
diluyendo instantes de pareidolias, serendipias y ataraxias de mil colores
y los convierten en toscos y ríspidos fantasmas, ingratitudes y maleficencias.
El límpido y detallado mural de verbos, tinta, causalidades y croquis de autor
queda manchado por esas intermitentes insolencias del agobio y su fautor,
la sonrisa ralentiza, la exultancia evapora, asoma la gris y pérfida tormenta
acicalando torpemente la paciencia, como una pegajosa y desafiante afrenta.
Pero si el ave fénix renace de sus cenizas, encendiendo la fogata y el destello,
y si el noble estoico asimila, aquilata, apacigua el alma y su cálido resuello
templando su álito y su lanza, apuntando sigilosamente al intruso malhechor
porque no he de hacer lo mismo, dando final al dundo y su famélico estertor.
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