EL LEGADO A SEGUIR

 “EL LEGADO A SEGUIR”            

Rodrigo Camacho Patón                                   17 nov 23


Porque definitivamente en éste sendero y transcurrir vital, cíclico y recurrente;

como lo dispuso el relojero y su omnipotente verbo de lo preciso, completo y equilibrado

y esa indómita, impredecible y siempre sorprendente naturaleza casi perfecta, 

casa común, gratuita y universal; a la que esquilmamos y degradamos hasta el cansancio.





Esos contextos de claroscuros y contrapesos existenciales, adversos gran parte de ellos,  

fueron clara y constatablemente caldo de cultivo propicio para esa especie recia y fuerte,

que llegó a germinar con bríos y templanza, a empaparse de sudor de campo y maizales

surcando la tierra y los destinos de sus retoños, con ímpetu y valor singular e inconfundible.



Esos ejemplares señoras y señores, a prueba de tiempos difíciles, contratiempos históricos,

personajes ignominiosos, carencias habituales, sistemas precarios y zozobras globales,

mostraron y demostraron el camino a seguir, señalando con firmeza la luz al final del túnel;

siendo artífices de los siguientes que llegamos, al terreno labrado y listo para habitar.


Esos titanes de voluntad férrea y el libre albedrío; de la vida simple, pero plena y real;

del designio justo e imparcial, de la palabra moderada, pero inobjetable y pragmática;  

el verbo ágil y útil; sin pérdidas de enfoque ni tiempo, sin ruidos artificiales en el proceso,

guerreros silenciosos, resilientes e inconformistas que abrieron la senda y el objetivo. 


De esos hombres que predicaron con el ejemplo y justificaron por demás su existencia 

con mil batallas: por los suyos, por los demás y en algún momento, hasta por ellos mismos,

de ese ejército de personajes inolvidables, insustituibles y absolutamente necesarios 

que hoy peinan nieve en el tejado, arrugas en el alma; pero con el corazón intacto: reluciente y amplio.  

 

Esos que nos entregaron las herramientas y los verbos; la experiencia y la palabra para que el ciclo perdure, 

para que el río siga fluyendo su curso en positivo y el sendero se expanda con cada nueva generación,

para que las ramas surgidas del tronco vital y sempiterno, asimilemos cabalmente esa herencia emocional

continuando a cada paso la trayectoria aprendida; altivos, orgullosos del apellido, el legado y las consignas. 















Gracias totales por haber recibido y a título gratuito, durante éste nuestro singular y misterioso recorrido vital  

ese mágico traspaso de saberes y quereres; de sabores y susurros; de melodías y aromas; 

que evocan nostalgias,  provocan gratamente risas al alma, aplausos al corazón y caricias a los sentidos;  

que irán colocándose en orden como piezas del rompecabezas de nuestro equipaje y maleta de vida, 

y se completarán viviendo a plenitud el presente y disfrutando los instantes que todavía quedan en el tintero,

permitirá a la familia toda, sentirse y saberse afortunada, agradecida y orgullosa de esas raíces eternas.

   

Queda pendiente aún por parte de las ramas y las venideras, el compromiso, reconocimiento y valoración 

hacia esa estirpe noble, fuerte y abnegada que gustosamente daría su vida por uno de sus pequeños gajos,  

y nos quedará el agradecimiento; incluída una deuda eterna y sagrada con los que nos antecedieron; 

y la promesa de transmitir adecuadamente ese legado heredado como justo reconocimiento  

por habernos mostrado el camino y la luz, esa luz que nunca dejará de brillar en lo alto de la montaña 

en la sonrisa de un niño, en el abrazo de un hermano o en el beso y consejo de tus padres

al lado de un lago, en el fluir de un río o cuando una luna llena nos sorprenda gratamente con su presencia. 


Gracias querido papá por todo lo recibido, ayer hoy y siempre; 

representas esa luz que nos acompañas a cada paso que damos; 

Con el cariño de siempre y en este nuevo 17 de noviembre, 

para festejar a esa raíz de los Camacho que siempre latirá 

al unísono en nuestros corazones, alma y pensamiento.




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