EL AVE FÉNIX
SE MUERE DE A POCO; PERO...
Por Rodrigo Camacho 3oct24
Se va extinguiendo de a poco
cuál cortinas de una dramaturgia vital
semejante a un bucólico ocaso estival,
que cierra telón cuando se marcha el sol....
CUANDO
Se deja de sonreír a los seres queridos,
se olvida de soñar con días mejores
aún siendo el último, uno espectacular,
según los de afuera y los curiosos.
CUANDO
Por error, omisión o egoísmo inconfesable,
se te extravía la maleta de los recuerdos
y sus incontables huellas de vivencias,
momentos y resguardos inmarcesibles
de manos entrelazadas, palabras protectoras,
miradas en contubernio y consonancia
que te hicieron vibrar, llorar y vivir
pletórico de sensaciones y lleno de gozos.
CUANDO
Fuíste, más crees que no lo serás más,
viajaste, sin embargo ya estás exhausto de hacerlo,
amaste, pero el corazón ya no se sonroja, ni apretuja,
tuviste, más ahora todo eso no llena tus vacíos,
ganaste, sin embargo los trofeos son sólo eso, metal,
luchaste, pero ahora ya no motiva ni el intentarlo.
Se produce la inflexión en una o varias noches de insomnio;
cierras página, te desempolvas y vuelves al ruedo
surgiendo de las cenizas, cual ave Fénix
retomando vuelo, luz, sabores y sagacidad.
Bien ha valido la pena, el camino recorrido
las cumbres escaladas y los mimos compartidos,
las personas, sus miradas, voces y palabras,
los lugares, los aromas, los colores y las texturas.
DEDUCES TAMBIÉN QUE:
Gran parte de este todo, se reduce a latidos obrados
pretéritos compartidos, magias acontecidas
causas comunes y efectos provocados,
sustantivos que llegaron a verbalizarse
y verbos que proveyeron dicha, magia y sudor
haciendo crecer en empaque y sustancia,
sustancia para discernir y empaque para sonreir.
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